lunes, 12 de junio de 2017

Cama  o Vereda

Blanda como  cemento, grande como el desierto,
Mullida como arena, caliente como el sol.
Suficiente para esta noche,
Mañana estará en otro lugar.
Cama sin tapas para mí.

Vereda de todos.

domingo, 24 de abril de 2016

Casa

Tierra agua barro
Finalmente una  morada
Indigna como la vergüenza,
Refugio para el  dolor
Barro digno pegado con llanto
Señor de casa grande,
Escóndete tras de tu bufanda
Y tu  corbata

Sigues siendo culpable
Sequía

La tierra está agonizando,
Porque el cielo ceso su llanto.
Ya no habrá fruto para hacer vino,
Son las últimas gotas que estas bebiendo.
 La tierra que ahora pisas,
Era verde en  antaño.
El cielo lloraba entonces,
Y el suelo secaba su llanto.

Tengo mis manos cansadas
De tanto bajar del cerro.
Trayendo gota a gota,
Agua para mi suelo.
He llorado  y con lagrimas
Riego  mi tierra.
Pero si lloras conmigo,
Regaremos otro suelo.

Elevemos la plegaria,
Para que el cielo se compadezca,
Tenga  una pena grande
Y llore para regar mi tierra.
No quiero ver a mi suelo

Morir en silencio seco.
Sequía

La tierra está agonizando,
Porque el cielo ceso su llanto.
Ya no habrá fruto para hacer vino,
Son las últimas gotas que estas bebiendo.
 La tierra que ahora pisas,
Era verde en  antaño.
El cielo lloraba entonces,
Y el suelo secaba su llanto.

Tengo mis manos cansadas
De tanto bajar del cerro.
Trayendo gota a gota,
Agua para mi suelo.
He llorado  y con lagrimas
Riego  mi tierra.
Pero si lloras conmigo,
Regaremos otro suelo.

Elevemos la plegaria,
Para que el cielo se compadezca,
Tenga  una pena grande
Y llore para regar mi tierra.
No quiero ver a mi suelo

Morir en silencio seco.

jueves, 14 de abril de 2016

Manos

Manos

Añosas de tanta experiencia
Sin necesidad de tener necesidad
Arrugas en sus diez caminos,
Caminos que llegan a la nada.
Aprietan transmitiendo dolor
Dolor que ya no sienten 
Aunque duela y queme como el sol

En otros  ojos.

Niños

Hambre color de niño,
Manos extendidas,
Como ofreciendo pan, 
Lo están pidiendo.
Hambre en los ojos,
Nadie  oye,
El hambre no suena

Solo
No lo parieron,
 Y hubo de ver la luz
 No vive,
 Respira y nada más 
Coito de trasnoche,
Quién fue, no importa.
Lo dejaron con Nadie  y nadie  
Responde 
Inocente  declarado culpable.
No tiene voz aunque grita
No tiene luz  pero ve.
Está  quieto pero camina.
Nadie responde.   
 Y  él   respira.

lunes, 3 de febrero de 2014


Actor, solo un sueño

 

El teatro  fue para mí la forma de vida que tome por opción.  Esta profesión  me permitiría ser todo lo que yo quisiera ser y tener. Aunque fuera solo por un instante.

Nadie en este oficio podría denunciarme por ejercicio ilegal de la profesión, como ocurre con cualquiera otra.

El ser  actor me da la facultad; al igual  que James Bond, que tiene  licencia para matar, el actor tiene licencia para ser  y hacer lo que un texto le exija.

Desgraciadamente, la  autoridad educacional  permite que existan  universidades que impartan esta carrera, pero la misma autoridad permite que cualquiera pueda  adjudicarse el  titulo de actor sin tener idea de quién es Konstantín Stanislavski

 (*).

Basta tener buena pinta, ser hijo “de”, a  haber ganado un concurso de belleza.  A estos  seudos  actores  nadie los puede acusar de “ejercicio ilegal de la profesión”.

Lo lamento por  los jóvenes que sueñan con llevar al escenario  todo su talento, el que no quedará  más que en eso, “un sueño”, para la gran mayoría.

Si lo miramos desde otra perspectiva, ingresar a las escuelas de teatro no es tan simple, la selección  es un tema muy complicado en estos días,   para  llenar 30 cupos se presentan casi mil interesados, entonces los que logran un cupo son realmente los mejores (no siempre, también hay compromisos).

Estudiar teatro es tan caro como estudiar arquitectura o medicina, claro que con futuros bastante más halagüeños.

Conozco varios actores que después de cuatro años de estudios  terminaron manejando un taxi, fue el único proyecto que lograron ganar.

No solo hay que tener la capacidad para denunciar un problema. Hay que tener a lo menos una alternativa de propuesta para solucionarlo. Yo tengo dos.

1.- Se eliminan todas las escuelas de teatro, pues la experiencia indica que no son necesarias.

2.- Se legisla para que nadie pueda ejercer el rol de actor  si no tiene la formación académica necesaria. 

Conozco a algunos desubicados, que creen que ir al teatro es como hacerles un favor a los actores.

Este país debe valorar a sus actores, las regiones deben valorar a sus actores, las comunas deben valorar a sus actores. 

La única forma de hacerlo, es permitir que puedan vivir dignamente gracias al teatro.  Hoy muchos actores   solo sobreviven. Solo tienen la esperanza de ganarse un proyecto una vez al año.  La vida del actor no es un proyecto, es una opción de vida.
 
(*) actor, director escénico y pedagogo teatral, creo el  "método de las acciones físicas", más  conocido  como "sistema Stanislavski", este  consiste   en hacer que el actor experimente durante la actuación del rol emociones  parecidas a las que experimenta el personaje interpretado; usando para ello  ejercicios  que estimulan tanto la imaginación, la capacidad de improvisación, la relajación muscular, entre otras condicionantes. Considerado, por mi y otros tantos como “el padre de la Dirección teatral”.   (1863- 1938)







sábado, 14 de julio de 2012

Amigo y compañero, un  parentesco necesario
En nuestro vocabulario las palabras no siempre se usan con el verdadero  sentido que ellas tienen. Por ello se hace necesario  revisar brevemente la etimología de estas palabras,  para entender así, claramente a lo que  significa.
Algunos autores indican que  deriva  del latín  animi ( alma) y custos ( custodia). Entonces amigo se entendería como cuidador del alma.
La misma palabra en el griego  se compone por el prefijo A: que significa  SIN y MI, que significa , EGO.  Es decir  la palabra amigo se debe entender como  sin mi yo” o identificado en plenitud con el otro.
La palabra compañero proviene del griego comedero que significa comer, y panis, que significa pan.
Entonces Compañero se entiende como  comer del mismo pan” o “ compartir la misma mesa”
Entonces amigo y compañero es el que  Cuida el alma  y comen del mismo plato.
Ahora, que conoce el significado etimológico de estas palabras, podría usted decir, ¿ cuantos amigos tiene?  De esta pregunta nace la expresión  “ a mis amigos los cuento con los dedos de las manos y me sobran dedos”
Ahora cuando diga, ¡ te presento un amigo!  Piense primero, si realmente es cuidador de su alma y si es capaz de comer  con él en el mismo plato.  Si no es capaz de hacer eso, entonces solo diga: te presente a fulano.
La vida nos ha enseñado conceptos muy diferentes de estas palabras.  Dijo  un cómico, lo siguiente:  “ cuando a un hombre le va mal y sonríe, es por que ya sabe  a que  amigo va a cagar ( perdón por la  expresión, pero en este contexto cabe justo)
Y esto es tan cierto, como que nunca hemos perjudicado a un desconocido.  Pues esta categoría de “desconocido  permite no hacer favores, no prestar plata, no invitar a la casa.  ( hay muchos amigos que se han quedado con la señora del otro), no ser aval.   No hay ningún desconocido pagando prestamos que no pidió.  Solo hay amigos en esa tarea.
Yo no estoy capacitado para definir mas aterrizadamente esta palabrita que ha permitido hacer daño a tanta gente,pero si le puedo compartir algunas expresiones bíblicas. 
“ Dios hablo con Moisés de cara a cara, tal como hablan los amigos” Ex 33:11.
 “En todo tiempo ama el amigo, y es como hermano en tiempo de angustia” Proverbios 17:17
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo”;
Proverbios 18:24
¿ sabía usted que Dios solo a Abraham, llamo su Amigo? 
Finalmente en este contexto ¿cuantos amjigos tienes?
Como desahogar el alma sin llenar los ojos de lágrimas.

Roberto Núñez Aravena
Actor
Teatro Chejov
Amigo y compañero, un  parentesco necesario
En nuestro vocabulario las palabras no siempre se usan con el verdadero  sentido que ellas tienen. Por ello se hace necesario  revisar brevemente la etimología de estas palabras,  para entender así, claramente a lo que  significa.
Algunos autores indican que  deriva  del latín  animi (alma) y custos (custodia). Entonces amigo se entendería como cuidador del alma.
La misma palabra en el griego  se compone por el prefijo A: que significa  SIN y MI, que significa, EGO.  Es decir  la palabra amigo se debe entender como  “sin mi yo” o identificado en plenitud con el otro.
La palabra compañero proviene del griego comedero que significa comer, y panis, que significa pan.
Entonces Compañero se entiende como  “comer del mismo pan” o “compartir la misma mesa”
Entonces amigo y compañero es el que  Cuida el alma  y comen del mismo plato.
Ahora, que conoce el significado etimológico de estas palabras, podría usted decir, ¿cuantos amigos tiene?  De esta pregunta nace la expresión  “a mis amigos los cuento con los dedos de las manos y me sobran dedos”
Ahora cuando diga, ¡te presento un amigo!  Piense primero, si realmente es cuidador de su alma y si es capaz de comer  con el en el mismo plato.  Si no es capaz de hacer eso, entonces solo diga: te presente a fulano.
La vida no ha enseñado conceptos muy diferentes de estas palabras.  Dijo  un cómico, lo siguiente: “cuando a un hombre le va mal y sonríe, es por que ya sabe  a que  amigo va a cagar (perdón lo expresión, pero en este contexto cabe justo)
Y esto es tan cierto, como que nunca hemos perjudicado a un desconocido.  Pues a esta categoría de “desconocido  permite no hacer favores, no prestar plata, no invitar a la casa.  (Hay muchos amigos que se han quedado con la señora del otro), esta categoría de desconocido, permite  no ser aval.   No hay ningún desconocido pagando préstamos que no pidió.  Solo hay amigos en esa tarea.
Yo no estoy capacitado para definir mas aterrizadamente esta palabrita que ha permitido hacer daño a tanta gente, pero sí le puedo compartir algunas expresiones bíblicas. 
“Dios hablo con Moisés de cara a cara, tal como hablan los amigos” Ex 33:11.
 “En todo tiempo ama el amigo, y es como hermano en tiempo de angustia” Proverbios 17:17
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo”;
Proverbios 18:24
¿Sabía usted que Dios solo a Abraham, llamo su Amigo? 
Finalmemnte, en este contexto ¿ cuantos amigos tienes?
Como desahogar el alma sin llenar los ojos de lágrimas.

Roberto Núñez Aravena
Actor
Teatro Chejov
Amigo y compañero, un  parentesco necesario
En nuestro vocabulario las palabras no siempre se usan con el verdadero  sentido que ellas tienen. Por ello se hace necesario  revisar brevemente la etimología de estas palabras,  para entender así, claramente a lo que  significa.
Algunos autores indican que  deriva  del latín  animi (alma) y custos (custodia). Entonces amigo se entendería como cuidador del alma.
La misma palabra en el griego  se compone por el prefijo A: que significa  SIN y MI, que significa, EGO.  Es decir  la palabra amigo se debe entender como  “sin mi yo” o identificado en plenitud con el otro.
La palabra compañero proviene del griego comedero que significa comer, y panis, que significa pan.
Entonces Compañero se entiende como  “comer del mismo pan” o “compartir la misma mesa”
Entonces amigo y compañero es el que  Cuida el alma  y comen del mismo plato.
Ahora, que conoce el significado etimológico de estas palabras, podría usted decir, ¿cuantos amigos tiene?  De esta pregunta nace la expresión  “a mis amigos los cuento con los dedos de las manos y me sobran dedos”
Ahora cuando diga, ¡te presento un amigo!  Piense primero, si realmente es cuidador de su alma y si es capaz de comer  con el en el mismo plato.  Si no es capaz de hacer eso, entonces solo diga: te presente a fulano.
La vida no ha enseñado conceptos muy diferentes de estas palabras.  Dijo  un cómico, lo siguiente: “cuando a un hombre le va mal y sonríe, es por que ya sabe  a que  amigo va a cagar (perdón lo expresión, pero en este contexto cabe justo)
Y esto es tan cierto, como que nunca hemos perjudicado a un desconocido.  Pues a esta categoría de “desconocido  permite no hacer favores, no prestar plata, no invitar a la casa.  (Hay muchos amigos que se han quedado con la señora del otro), esta categoría de desconocido, permite  no ser aval.   No hay ningún desconocido pagando préstamos que no pidió.  Solo hay amigos en esa tarea.
Yo no estoy capacitado para definir mas aterrizadamente esta palabrita que ha permitido hacer daño a tanta gente, pero sí le puedo compartir algunas expresiones bíblicas. 
“Dios hablo con Moisés de cara a cara, tal como hablan los amigos” Ex 33:11.
 “En todo tiempo ama el amigo, y es como hermano en tiempo de angustia” Proverbios 17:17
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo”;
Proverbios 18:24
¿Sabía usted que Dios solo a Abraham, llamo su Amigo? 
Finalmente, ¿cuantos amigo tiene en realidad? 

lunes, 5 de diciembre de 2011

El dia en que los hombres y mujeres empiezan a estorbar

Estábamos en mi casa. Preparábamos una exposición para  presentar una campaña de publicidad. De pronto, Antonio dijo: ¡si no viene  Roberto ¡estamos sonados. Él es el único que puede pararse frente al complicado público que tendremos  mañana.

n esa etapa de mi  vida yo era indispensable, o por lo menos me lo hacían sentir así. Tenía todo lo que la sociedad dice que es indispensable para ser considerado: educación, algo de  prestancia,    feo, pero mi simpatía apocaba a mi fealdad, inteligente (para estar donde estaba, tenía que serlo), la edad necesaria, un vocabulario selecto, más bien acomodable a cada público.....en síntesis lo tenía “casi todo”...digo “casi todo”, porque si lo hubiese tenido todo, no habría estado donde estaba.
Celeste, no es un color, es el nombre de una mujer. También se hizo sentir indispensable, hablaba tres idiomas, tenía lindas curvas, su cara era muy agradable, no era muy alta, más bien estaba en la media.  Manejaba el computador  como Pelé la pelota.
Muchas cosas no se podían hacer si Celeste no estaba. Toda la maravilla de esa mujer se rodeaba de una excelente edad.  La que se exige para ser considerado.

Celeste y yo teníamos la misma edad. Tal vez por eso solo fuimos buenos amigos. A ella le gustaban Mayores.  Pero un día se enredó con un Teniente. El romance le duro, lo que dura el cambio de guardia.

Celeste y yo fuimos niños en los mismos años, escuchamos la misma música, vimos las mismas noticias, (no se preocupe, pues no han cambiado mucho), a pesar de vivir en diferentes ciudades por muchos años.

Cuando fuimos bebes, éramos  el centro de la atención. Todo giraba en torno a nosotros. Incluso  la hipocresía de algunos tíos, cuando decían, “que tierna o amorosa la guagua “(expresiones que se usan para no decir fea).  Ambos escuchamos las  palabras de nuestras madres, incluso desde el vientre, cuando decía “te adoro, te quiero hijo mío “

A medida que fuimos creciendo fuimos perdiendo protagonismo; primero en nuestro propio entorno,  es decir con nuestros parientes,  también lo perdimos con los otros que  no son parientes

Y luchamos, como todos.  Nos esforzamos como algunos. Estudiamos como la minoría,  Y le ganamos a la vida, como muy pocos.
Le ganamos un espacio. Le ganamos un espacio tan grande  que volvimos, (guardando las proporciones), a ser como cuando  niños.  De nuevo  todo giraba en torno a nosotros. Éramos importantes.
Pero pasó lo que nadie espera, o pasó lo que todos esperamos  pero nos hacemos  los lesos.  Se modificó de  toda la maravilla que nos rodeaba  solo una cosa.  Nuestra edad.
Seguimos teniendo todo lo que nuestra sociedad exige para triunfar. Inteligencia, prestancia, etc. incluso,  teníamos más experiencia.  Pero el  aviso del diario  decía: Edad máxima  35 años.
Celeste y yo, ya  teníamos  sesenta y algo más. Y también  teníamos las fuerzas para continuar.
Esas mujeres que nos hablaban en el vientre, y nos decían “te quiero hijo mío”, ya no están. Se fueron cuando teníamos  como 50 años.    
Celeste tuvo tres hijos. Están, pero en lugares lejanos. Hicieron como dice la ley, sus propias vidas.

Yo tuve dos hijos. También están  lejos. Nos vemos una vez  cada dos años. Cuando pueden viajar a este país.
El dormitorio de Celeste tiene vista a un muro. Desde la  ventana del mío se ve un hermoso Roble.
Seguimos siendo amigos. Y también somos amigos de otros “estorbos” que tienen como 70 o tal vez más.


La casa es enorme,  aquí vivimos como 50 personas,...todos con prestancia,  todos inteligentes, pero deficientes por edad.

Hoy Celeste habla  cuatro idiomas, yo hablo dos.
¿Sabes? hemos descubierto que una vez más nos hemos hecho indispensable, necesarios. Si no fuera por nosotros, estas  “casas”  que reciben el nombre de Hogar, (pero es lo único que no son) estarían  vacías.

De nada sirve en la vida  luchar tanto, estudiar tanto, amar tanto, si el tiempo que tenemos para ponerlo en práctica no es tanto.

Celeste y yo nunca fuimos más que amigos.
Nos conocimos  de casualidad. Fue en la fila para la entrevista personal que nos hicieron  en esa empresa donde trabajamos largo tiempo.
Claro que en esa entrevista nunca nos preguntaron  ¿y cuando piensan envejecer?

Celeste y yo seguimos siendo amigos....perdón... ahora, grandes y viejos  amigos.

Hoy vamos de la mano camino al Roble a tomar el té. Allí hay una mesita y se escucha el cantar del viento.  Para usar la mesita, te anotas en un libro, es como una reserva.  Es como una antesala para la casa  definitiva.
Uno de los dos quedara solo primero.  Me gustaría ser yo.  Celeste es indispensable para mí. Aunque yo también lo soy para ella.

El día que los hombres y las mujeres empezamos a estorbar, debemos irnos a un asilo.  Allí el almuerzo esta siempre a la hora.....y sin  que los pidas.

Es como cuando eras bebe...de nuevo todo gira en torno  a  ti.
Y cuando van los niños de la escuela  del sector, te dicen lo  mismo que dijeron los  tíos de ti.....claro que ya no es:   ¡Que tierna la guagua¡  ...ahora es: “ que tierno el abuelito “

Fin

El día en quer los hombres y mujeres empiezan a estorbar

Estábamos en mi casa. Preparábamos una exposición para  presentar una campaña de publicidad. De pronto, Antonio dijo: ¡si no viene  Roberto ¡estamos sonados. Él es el único que puede pararse frente al complicado público que tendremos  mañana.

n esa etapa de mi  vida yo era indispensable, o por lo menos me lo hacían sentir así. Tenía todo lo que la sociedad dice que es indispensable para ser considerado: educación, algo de  prestancia,    feo, pero mi simpatía apocaba a mi fealdad, inteligente (para estar donde estaba, tenía que serlo), la edad necesaria, un vocabulario selecto, más bien acomodable a cada público.....en síntesis lo tenía “casi todo”...digo “casi todo”, porque si lo hubiese tenido todo, no habría estado donde estaba.
Celeste, no es un color, es el nombre de una mujer. También se hizo sentir indispensable, hablaba tres idiomas, tenía lindas curvas, su cara era muy agradable, no era muy alta, más bien estaba en la media.  Manejaba el computador  como Pelé la pelota.
Muchas cosas no se podían hacer si Celeste no estaba. Toda la maravilla de esa mujer se rodeaba de una excelente edad.  La que se exige para ser considerado.

Celeste y yo teníamos la misma edad. Tal vez por eso solo fuimos buenos amigos. A ella le gustaban Mayores.  Pero un día se enredó con un Teniente. El romance le duro, lo que dura el cambio de guardia.

Celeste y yo fuimos niños en los mismos años, escuchamos la misma música, vimos las mismas noticias, (no se preocupe, pues no han cambiado mucho), a pesar de vivir en diferentes ciudades por muchos años.

Cuando fuimos bebes, éramos  el centro de la atención. Todo giraba en torno a nosotros. Incluso  la hipocresía de algunos tíos, cuando decían, “que tierna o amorosa la guagua “(expresiones que se usan para no decir fea).  Ambos escuchamos las  palabras de nuestras madres, incluso desde el vientre, cuando decía “te adoro, te quiero hijo mío “

A medida que fuimos creciendo fuimos perdiendo protagonismo; primero en nuestro propio entorno,  es decir con nuestros parientes,  también lo perdimos con los otros que  no son parientes

Y luchamos, como todos.  Nos esforzamos como algunos. Estudiamos como la minoría,  Y le ganamos a la vida, como muy pocos.
Le ganamos un espacio. Le ganamos un espacio tan grande  que volvimos, (guardando las proporciones), a ser como cuando  niños.  De nuevo  todo giraba en torno a nosotros. Éramos importantes.
Pero pasó lo que nadie espera, o pasó lo que todos esperamos  pero nos hacemos  los lesos.  Se modificó de  toda la maravilla que nos rodeaba  solo una cosa.  Nuestra edad.
Seguimos teniendo todo lo que nuestra sociedad exige para triunfar. Inteligencia, prestancia, etc. incluso,  teníamos más experiencia.  Pero el  aviso del diario  decía: Edad máxima  35 años.
Celeste y yo, ya  teníamos  sesenta y algo más. Y también  teníamos las fuerzas para continuar.
Esas mujeres que nos hablaban en el vientre, y nos decían “te quiero hijo mío”, ya no están. Se fueron cuando teníamos  como 50 años.    
Celeste tuvo tres hijos. Están, pero en lugares lejanos. Hicieron como dice la ley, sus propias vidas.

Yo tuve dos hijos. También están  lejos. Nos vemos una vez  cada dos años. Cuando pueden viajar a este país.
El dormitorio de Celeste tiene vista a un muro. Desde la  ventana del mío se ve un hermoso Roble.
Seguimos siendo amigos. Y también somos amigos de otros “estorbos” que tienen como 70 o tal vez más.


La casa es enorme,  aquí vivimos como 50 personas,...todos con prestancia,  todos inteligentes, pero deficientes por edad.

Hoy Celeste habla  cuatro idiomas, yo hablo dos.
¿Sabes? hemos descubierto que una vez más nos hemos hecho indispensable, necesarios. Si no fuera por nosotros, estas  “casas”  que reciben el nombre de Hogar, (pero es lo único que no son) estarían  vacías.

De nada sirve en la vida  luchar tanto, estudiar tanto, amar tanto, si el tiempo que tenemos para ponerlo en práctica no es tanto.

Celeste y yo nunca fuimos más que amigos.
Nos conocimos  de casualidad. Fue en la fila para la entrevista personal que nos hicieron  en esa empresa donde trabajamos largo tiempo.
Claro que en esa entrevista nunca nos preguntaron  ¿y cuando piensan envejecer?

Celeste y yo seguimos siendo amigos....perdón... ahora, grandes y viejos  amigos.

Hoy vamos de la mano camino al Roble a tomar el té. Allí hay una mesita y se escucha el cantar del viento.  Para usar la mesita, te anotas en un libro, es como una reserva.  Es como una antesala para la casa  definitiva.
Uno de los dos quedara solo primero.  Me gustaría ser yo.  Celeste es indispensable para mí. Aunque yo también lo soy para ella.

El día que los hombres y las mujeres empezamos a estorbar, debemos irnos a un asilo.  Allí el almuerzo esta siempre a la hora.....y sin  que los pidas.

Es como cuando eras bebe...de nuevo todo gira en torno  a  ti.
Y cuando van los niños de la escuela  del sector, te dicen lo  mismo que dijeron los  tíos de ti.....claro que ya no es:   ¡Que tierna la guagua¡  ...ahora es: “ que tierno el abuelito “

Fin

El Día En Que El Hombre y la Mujer empiezan a Estorbar

El Día En Que El Hombre y la Mujer empiezan a Estorbar

Estábamos en mi casa. Preparábamos una exposición para  presentar una campaña de publicidad. De pronto, Antonio dijo: ¡si no viene  Roberto ¡estamos sonados. Él es el único que puede pararse frente al complicado público que tendremos  mañana.

En esa etapa de mi  vida yo era indispensable, o por lo menos me lo hacían sentir así. Tenía todo lo que la sociedad dice que es indispensable para ser considerado: educación, algo de  prestancia,    feo, pero mi simpatía apocaba a mi fealdad, inteligente (para estar donde estaba, tenía que serlo), la edad necesaria, un vocabulario selecto, más bien acomodable a cada público.....en síntesis lo tenía “casi todo”...digo “casi todo”, porque si lo hubiese tenido todo, no habría estado donde estaba.
Celeste, no es un color, es el nombre de una mujer. También se hizo sentir indispensable, hablaba tres idiomas, tenía lindas curvas, su cara era muy agradable, no era muy alta, más bien estaba en la media.  Manejaba el computador  como Pelé la pelota.
Muchas cosas no se podían hacer si Celeste no estaba. Toda la maravilla de esa mujer se rodeaba de una excelente edad.  La que se exige para ser considerado.

Celeste y yo teníamos la misma edad. Tal vez por eso solo fuimos buenos amigos. A ella le gustaban Mayores.  Pero un día se enredó con un Teniente. El romance le duro, lo que dura el cambio de guardia.

Celeste y yo fuimos niños en los mismos años, escuchamos la misma música, vimos las mismas noticias, (no se preocupe, pues no han cambiado mucho), a pesar de vivir en diferentes ciudades por muchos años.

Cuando fuimos bebes, éramos  el centro de la atención. Todo giraba en torno a nosotros. Incluso  la hipocresía de algunos tíos, cuando decían, “que tierna o amorosa la guagua “(expresiones que se usan para no decir fea).  Ambos escuchamos las  palabras de nuestras madres, incluso desde el vientre, cuando decía “te adoro, te quiero hijo mío “

A medida que fuimos creciendo fuimos perdiendo protagonismo; primero en nuestro propio entorno,  es decir con nuestros parientes,  también lo perdimos con los otros que  no son parientes

Y luchamos, como todos.  Nos esforzamos como algunos. Estudiamos como la minoría,  Y le ganamos a la vida, como muy pocos.
Le ganamos un espacio. Le ganamos un espacio tan grande  que volvimos, (guardando las proporciones), a ser como cuando  niños.  De nuevo  todo giraba en torno a nosotros. Éramos importantes.
Pero pasó lo que nadie espera, o pasó lo que todos esperamos  pero nos hacemos  los lesos.  Se modificó de  toda la maravilla que nos rodeaba  solo una cosa.  Nuestra edad.
Seguimos teniendo todo lo que nuestra sociedad exige para triunfar. Inteligencia, prestancia, etc. incluso,  teníamos más experiencia.  Pero el  aviso del diario  decía: Edad máxima  35 años.
Celeste y yo, ya  teníamos  sesenta y algo más. Y también  teníamos las fuerzas para continuar.
Esas mujeres que nos hablaban en el vientre, y nos decían “te quiero hijo mío”, ya no están. Se fueron cuando teníamos  como 50 años.    
Celeste tuvo tres hijos. Están, pero en lugares lejanos. Hicieron como dice la ley, sus propias vidas.

Yo tuve dos hijos. También están  lejos. Nos vemos una vez  cada dos años. Cuando pueden viajar a este país.
El dormitorio de Celeste tiene vista a un muro. Desde la  ventana del mío se ve un hermoso Roble.
Seguimos siendo amigos. Y también somos amigos de otros “estorbos” que tienen como 70 o tal vez más.


La casa es enorme,  aquí vivimos como 50 personas,...todos con prestancia,  todos inteligentes, pero deficientes por edad.

Hoy Celeste habla  cuatro idiomas, yo hablo dos.
¿Sabes? hemos descubierto que una vez más nos hemos hecho indispensable, necesarios. Si no fuera por nosotros, estas  “casas”  que reciben el nombre de Hogar, (pero es lo único que no son) estarían  vacías.

De nada sirve en la vida  luchar tanto, estudiar tanto, amar tanto, si el tiempo que tenemos para ponerlo en práctica no es tanto.

Celeste y yo nunca fuimos más que amigos.
Nos conocimos  de casualidad. Fue en la fila para la entrevista personal que nos hicieron  en esa empresa donde trabajamos largo tiempo.
Claro que en esa entrevista nunca nos preguntaron  ¿y cuando piensan envejecer?

Celeste y yo seguimos siendo amigos....perdón... ahora, grandes y viejos  amigos.

Hoy vamos de la mano camino al Roble a tomar el té. Allí hay una mesita y se escucha el cantar del viento.  Para usar la mesita, te anotas en un libro, es como una reserva.  Es como una antesala para la casa  definitiva.
Uno de los dos quedara solo primero.  Me gustaría ser yo.  Celeste es indispensable para mí. Aunque yo también lo soy para ella.

El día que los hombres y las mujeres empezamos a estorbar, debemos irnos a un asilo.  Allí el almuerzo esta siempre a la hora.....y sin  que los pidas.

Es como cuando eras bebe...de nuevo todo gira en torno  a  ti.
Y cuando van los niños de la escuela  del sector, te dicen lo  mismo que dijeron los  tíos de ti.....claro que ya no es:   ¡Que tierna la guagua¡  ...ahora es: “ que tierno el abuelito “

Fin